miércoles, 4 de julio de 2012

bullyng escolar


De los cientos de casos de bullying en Guatemala que ha escuchado en su consultorio, el de los niños de kínder que querían asesinar a su compañerito es de los primeros que se le vienen a la mente. Eran niños de 6 años que planearon ahogar a su compañero en la piscina del club donde celebrarían un cumpleaños. La razón: les caía mal. Una madre escuchó el macabro plan y aunque creyó que se trataba de una invención peliculesca se acercó a la piscina, por si acaso.
Encontró a los chicos tratando de amarrar al indefenso niño a una silla para tirarlo al agua.

No es el único caso de intento de asesinato entre niños de preprimaria que ha conocido Guido Aguilar, uno de los psicólogos expertos en acoso escolar –o bullying– más consultados del país. También llegó a su clínica el caso de los preescolares que querían matar a su compañero metiéndole la cabeza en una pileta y el de las 15 adolescentes expulsadas de un colegio capitalino por desnudar a una compañera, encerrarla en un aula y llevarse su ropa.

En Guatemala, tres de cada cuatro niños ha sufrido algún tipo de agresión escolar, según un estudio publicado recientemente por la Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa (Digeduca) del Ministerio de Educación. Es la primera vez que la cartera educativa se interesa en estudiar el acoso escolar. Anteriormente sólo se había abordado a través de tesis universitarias que evaluaron pequeñas poblaciones y encuestas en colegios privados. Se sabía que el bullying existía –aquí y en todo el mundo–, pero se desconocía cómo y en qué medida afecta a la población estudiantil nacional. Aunque los resultados sólo abarcan la capital, hay en proceso otros estudios que incluirán a la población estudiantil de todo el país.

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